miércoles, 22 de agosto de 2007

BUEN PROVECHO




Hay que ser prácticos. Eso oímos continuamente por todos lados no? Bueno, pues vamos a ello. Y además, con un simple pollo asado de esos que compras a la vuelta del trabajo. Vamos a sacarle un buen aprovechamiento y por supuesto, un buen provecho.

Lo primero, la piel, tan tostadita y tan rica (¿que tiene un poquillo de colesterol? bueno hombre, un día es un día): vamos a separarla, procurando que quede lo más entera posible y la dejamos aparte, reservada.
Ahora vamos con las pechugas:
Las cortamos a tiras, para hacer un pollo “semichino" ultrarrápido.
Ya troceadas, le añadimos un bote de ensalada china o thai (brotes de soja, mazorquitas de maiz, setas, etc), muy bien escurrida previamente.
A la sartén y añadirle un chorrito de cerveza, otro chorrito de salsa de soja, y dos o tres cucharadas de la propia salsa del pollo. Ah, y un pellizco de comino molido. Sal no, ya tienen bastante el propio pollo y las salsas.
Dejar a fuego lento dos o tres minutos, para que se mezclen los sabores.
Guardar en la nevera y calentar al micro cuando sea.

Los muslos: filetearlos finos y guardarlos en la nevera, para cuando se necesite hacer unos sándwiches de pollo frío, mayonesa y rodajitas finas de pepinillo. El pan, tostado y calentito.

Los dos huesos más largos del muslo: una vez aprovechada la carne para los sándwiches, limpiar bien, enrollarlos con varias tiras de bacon y láminas de queso intercaladas y cubrirlas bien con la piel del pollo (más o menos reconstruir el muslo) sujetando con un palillo si es necesario. Cuando se quieran usar, se fríen un momento en aceite muy caliente y listo.

La salsa: guardarla en un bote. Vale para cualquier cosa: para rociar sobre unas simples patatas fritas, como salsa para unas lonchas de fiambre tipo lacón, pavo, etc, para echar por encima de una tortilla de patatas…a gusto del consumidor.

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