domingo, 23 de septiembre de 2007

¿HACE UN POTAJITO?


Por estas fechas llegan los primeros fríos y - quien nos lo iba a decir - parece que echamos de menos los potajes de casa de toda la vida, esos que cuando vivíamos allí no nos llamaban demasiado la atención, pero que ahora que ya nadie nos los prepara (snif, snif) apetecen una barbaridad.

Pero claro, por mucho frío y mucho que lo eches de menos, ponte tú a hacerlo por tu cuenta. Menudo lío: garbanzos, espinacas, bacalao, quien sabe cuantas cosas raras más… seguro que hasta lleva alguna especia de esas que no hay quien distinga, que nunca sabes ni como se llama ni donde se compra... y luego, a ver quien tiene tiempo: de repente te viene el recuerdo de los garbanzos en agua toda la noche, la olla cociendo horas… en fin, una pereza tremenda.

Pero tranquilo, que no cunda el pánico. Afortunadamente hay algunos truquillos que pueden facilitarnos un poco las cosas. Así que ahí va un potajito de los sabrosos, pero muy sencillo. En un cuarto de hora, listo (el potaje, no tú).

Cuando vayas a la compra – que ya sabemos que es el paso más difícil de toda la receta - acuérdate de comprar un par de frascos de garbanzos y espinacas juntos que ya tienen varias marcas. Cada frasco da para 2 personas, así que calcula “en función de”. Echa también al carro un pack de bacalao desmigado, que lo venden en pequeñas cantidades.

Abre el frasco de garbanzos/espinacas y viértelo en un escurridor (ese, ese, el de los agujerillos). Mientras tanto, toma un puñado de bacalao, ponlo en un recipiente y déjalo debajo del grifo con un hilo de agua cayendo un rato, mientras preparas el siguiente paso.

En una olla o lo más parecido que tengas a mano, que tampoco hay que ser tan exigentes, pon un chorrito de aceite y sofríe media cebolla cortada fina. Cuando esté empezando a ponerse transparente echa la mezcla de garbanzos y espinacas y el bacalao, añade un poco de perejil y ajo en polvo (los dos de bote, para mayor facilidad) y deja que se haga unos minutos (3 ó 4) a fuego lento, removiendo frecuentemente.

Prepara – por cada frasco - un vaso de agua con una pastilla de caldo de jamón o de carne (chup-chup) y ponlo en el microondas 1-2 minutos. En cuanto empiece a hervir, viértelo sobre los garbanzos y deja que cuezan a fuego medio otros 5 minutos. Si te gusta más caldoso, añade solo agua, sin más chup-chup.

Comprueba como está de sal (ojo, el bacalao y el caldo ya aportan bastante), rectifica si es necesario, y añade un poco de cúrcuma*, una especia hindú que aporta un sabor muy peculiar y sobre todo un color amarillito que le da un aspecto muy casero al plato. Además la cúrcuma* tiene unas propiedades estupendas para muchas cosas, entre ellas para el hígado, lo cual no suele venir mal para recuperar los excesos de la semana.

Opcionalmente puedes añadirle también huevo duro picado, si te gusta, justo al final, un minuto antes de apagar el fuego.

Y nada más: sirve, una vez en el plato añade un chorrito de aceite de oliva virgen y disfruta. Verás que te sale casi como el de casa.



* Si quieres saber más sobre las propiedades de la cúrcuma, entra en esta dirección:
http://www.afuegolento.com/noticias/34/firmas/arpide/1293/

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