viernes, 31 de agosto de 2007

COMO COCER EL PULPO PARA QUE QUEDE MAS BLANDITO?


Ahora en verano el pulpo, tanto en vinagreta como a la gallega, es uno de los platos más apetitosos. Pero amigo, lo que ya no es tan apetecible es su precio, sobre todo si lo compramos, como es habitual, ya cocido o preparado.

Pero sin embargo, si lo compramos al natural y lo cocemos nosotros mismos, el precio se reduce prácticamente a la mitad. El pulpo también, ojo, conviene tenerlo en cuenta cuando se hagan los cálculos de cantidades.

Y no es tan complicado. Solo tiene un par de truquillos a tener en cuenta:

Lo primero, mete el pulpo al congelador y déjalo 24 horas así bien congelado, como Walt Disney. Esto hará que la textura de la carne quede después bastante más blanda.

Hierve agua en una olla lo suficientemente grande, tomas a tu pulpo y lo sumerges asi congelado, lo sacas , esperas unos cinco minutos , que vuelva a hacer ebullición el agua y adentro nuevamente el pulpo, luego sácalo otra vez y repite la misma acción cuatro o cinco veces. A esto se le llama “asustarlo”.

Finalmente déjalo hervir con el susto en el cuerpo unos 10 minutos solo con unas hojas de laurel y un chorro de vinagre y tendrás un pulpo bien tiernito, para chuparte los dedos. Es importante que no hierva más de 10 minutos. El pulpo, como los calamares, queda tierno o con poca cocción o con mucha. Si te pasas, habría ya que dejarlo 25 ó 30 minutos.

Y nada, si decides a la vinagreta, prepara un picadillo de cebolla, pimiento y tomate mezclado con aceite y vinagre y si prefieres a la gallega, simplemente échale por encima sal gorda, aceite y pimentón.

jueves, 30 de agosto de 2007

CONEJOS, PATOS, POLLOS.


De vez en cuando, en alguna peli de época o en casa de alguna tía abuela también de época, vemos esas fuentes que se utilizan para sacar a la mesa los guisos y que suelen ir coronadas por una tapa con el relieve de la cabeza de algún animalillo: pato, cerdo, conejo…

Siempre me ha llamado la atención por su vistosidad, pero sobre todo por su absurdo: ¿qué pinta allí ese pobre bicho tieso, mirándome y presidiendo la mesa triunfalmente?

No digo que preocupado por el tema, porque tampoco lo merece, pero sí curioso, investigué un poco y el origen más probable es este:

Hay que remontarse a la edad media, a esa época oscura sin agua corriente, ni luz eléctrica, ni cristales en las ventanas y por supuesto, sin antibióticos ni dentistas. A los 30 años, casi todas las personas habían perdido los dientes por alguna razón: infecciones, puñetazos, huesos de cordero mal comidos…

Pues bien, en ese escenario los cocineros de la aristocracia tuvieron que ingeniárselas para que sus pobres señores pudieran comer de todo, recurriendo a triturar los alimentos hasta hacerlos casi papilla, para poder ser ingeridos fácilmente. Y para que los señoritos pudieran distinguir qué tipo de carne estaban comiendo, se les ocurrió adornar las fuentes con las cabezas de los correspondientes animalillos: que hoy mola pato, busco al pato, que conejo, busco al conejo (bueno, en este caso concreto contaban con más posibilidades, sobre todo por lo del derecho de pernada).

La verdad es que todavía hoy en día, a la vista de las tarifas que se gastan los dentistas, muchas veces he estado tentado de olvidarme de ellos y simplemente retomar la costumbre de los conejos patos y pollos en la mesa.

miércoles, 29 de agosto de 2007

ENSALADA APARENTONA


Con las ensaladas hay que andarse con ojo si uno quiere lucirse un poco, porque igual que en el fútbol, donde todo el mundo es seleccionador nacional, pues aquí el más torpe te hace una ensalada vistosilla.

Así que si queremos quedar bien, habrá que darle un toque especial, algo que nos distinga. Por lo menos en la forma, ya que los ingredientes están a disposición de cualquiera.

Vamos a por ello: necesitaremos un par de cogollos, tipo de Tudela, una lechuga de las de rizo, una bolsita de rúcula y una lombarda (eso morado que se toma solo en navidad)

Buscamos la fuente o plato redondo más grande que tengamos. Vamos colocando una base de hojas sueltas de cogollo, hasta completar el plato, dejando libre un círculo interior de unos 10 cms.

Encima, coloca una segunda base con la lechuga de rizo, entremezclada con la rúcula. Esta segunda capa debe quedar algo más pequeña que la anterior, para dejar ver parte de los cogollos (el diseny es el diseny, amigo). Sigue dejando el círculo interior libre.

Corta la lombarda en tiras largas y finas y esparce unas cuantas tiras por encima de las lechugas.
Y por fin, en el centro ese libre, pon los ingredientes que más te apetezca, que después se irán mezclando al gusto de cada uno. No te cortes, y además del tomate y el atún clásicos, añade algún producto más original: palmitos, gulas, ventresca, queso rallado…en fín, you mismily.

lunes, 27 de agosto de 2007

LOS NOMBRES DE LOS PLATOS

Hace años se inició una carrera en la que la denominación de los platos va ganando cada vez más líneas, hasta el punto en que hay restaurantes donde cada plato viene descrito en un rebuscado lenguaje de aspirante a oposición de notarías y que desde luego parecen poner más empeño en cómo llamar al plato, que después en la propia realización del plato.

Lo cierto es que queramos o no, nos vamos acostumbrando a términos que en la vida habíamos asociado a la comida: “sobre un suave lecho de…” “con un retrogusto floral…” “acompañado de una fina viruta de…”

¿Hasta donde llegaremos? ¿Seguiremos recordando al humilde pollo y a las pobres patatas, o por el contrario nos entregaremos en cuerpo y alma a la “presa de gallinácea atemperada con acompañamiento de perlas de tubérculo germinado en crujiente equilibrio?

Este vídeo de ETB2 aporta una divertida visión sobre el asunto.


QUE NO CUNDA EL PÁNICO


Me imagino qué habrá llevado al propietario de este chiringuito en LËscala, en plena Costa Brava y en pleno mes de Agosto, a colgar esta maravilla de cartel sobre la barra.

Tenemos quince días por delante, y nos levantamos todos y cada uno de ellos con la obsesión de recuperar todo lo pendiente en el año: ponernos ciegos con el buffet libre del hotel, jugar con los niños, ir a la playa, ver los tres monumentos locales, las sardinitas a la parrilla que en casa no hay quien haga por el olor, la paella, un paseo en bici, echar un vistazo a la del top less en un descuido de la señora, hacer la compra (sí, cariño, ya voy yo esta tarde al Carrefour, tú descansa), cenar en un chiringuito, una copa a la orilla del mar, leer los libros pendientes del año (o sea todos), empezar uno nuevo…Y todo, eso sí, en el mismo día.

Estamos de vacaciones. Eso está bien, pero, por favor que no cunda el pánico, que es muy cansado.

sábado, 25 de agosto de 2007

TORTILLA DE LUXE


Sencillísima la cosa, pero le da un toque “luxurious” a una humilde tortilla de patatas.

Si te atreves con ella, la tortilla la haces tú, siguiendo instrucciones técnicas de tu madre al teléfono. Si no, se compra ya hecha. Hoy en día los fabricantes han conseguido un nivel de textura y sabor bastante bueno.

Para darle un saborcillo todavía más casero, frótala por fuera con aceite de oliva virgen. La abres por la mitad en horizontal y así abierta la calientas en el microondas durante tres minutos.

Afuera con ella y sobre una de las mitades pones generosamente una buena ración de ensaladilla rusa, o de cangrejo, o de lo que prefieras (también se compran hechas muy ricas)

Recompones la tortilla, adornas con unas hojas de verde alrededor, y a la mesa (o al sillón de la tele).

viernes, 24 de agosto de 2007

¿PORQUÉ TARDAN TANTO LAS CHICAS EN EL BAÑO?


Siempre nos hemos preguntado qué harán las chicas en el baño cuando estás tomando una copa, de repente te dicen “voy un momentín al servicio” y el momentín se convierte en una espera desesperada, hasta el punto de que llegas a creer que se ha ido con otro.

Pues bien, este es el testimonio intimo de una buena amiga, que detalla las vicisitudes por las que al parecer hay que pasar para lograr hacer un pis más o menos correcto:

“ Cuando tienes que ir a un baño publico, lo primero que te encuentras es con una cola de mujeres que te hace pensar que están vendiendo los gayumbos de Brad Pitt a mitad de precio.
Finalmente te toca. Miras por debajo de cada cubículo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Se abre uno y te lanzas.

Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona. No importa...
Vas a colgar tu bolso del gancho que hay en la puerta, pero no hay gancho, de forma que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo de ti.

Como la puerta no tiene picaporte, la sujetas con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y sostienes el abrigo para que no arrastre por el suelo que está bastante repugnante.

Tomas posición... tus muslos empiezan a temblar....Te encantaría sentarte, pero no has tenido tiempo de limpiar la taza, así que te quedas en "la posición" mientras tus piernas tiemblan tan fuerte que sueltas el abrigo y con esa mano te apoyas en la pared, mirando espantada como el abrigo cae al suelo.

La salpicada finita del chorrito de pis pega en la taza y te moja los muslos y las medias. Para alejar tu mente de esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico. Peroooo, ¡joooooder...! el rollo esta vacío...!.

Con la mano que sujetaba la puerta buscas en el bolsillo el pedacito de papel con el que te limpiaste hace un rato la nariz. Lo arrugas de la manera más esponjada posible. Pero es muy pequeño, de forma que no te puedes limpiar y la braga se te va a mojar...

En eso, alguien empuja la puerta de tu baño y recibes un golpe en la cabeza.
Gritas: ¡OCUPADOOOO!", y vuelves a empujar la puerta mientras el pedacito de kleenex que tenías en la mano se te cae exactamente en un charquito que hay en el suelo y no estás segura si es agua o meao....

En ese momento las piernas te fallan y caes sentada en el inodoro. Te levantas rápidamente, pero ya es demasiado tarde: tu culo ya entró en contacto con todos los gérmenes. Estás exhausta. Tratas de limpiarte con un celofán de unos chicles Adams que te encuentras en bolso, pero no empapa nada.

Sales con un golpe en la cabeza, el desnuque con la correa del bolso, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, la braga mojada y los gérmenes en el culo....

En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba.

"¿Pero tía, como has tardado tanto?" te pregunta. Aquí es cuando le miras friamente y lo mandas a la mierda.”

MARIDAJE: EL VINO Y LA COMIDA


Hasta este siglo (o el pasado, para ser más exactos), no nos hemos preocupado de estudiar el tema del maridaje, la combinación de vino y alimentos, tan de moda hoy en día, por cierto, y quizá por eso nos hemos dejado desde siempre llevar por la sencilla norma de unir la gastronomía local a los vinos producidos en esa zona.

En cualquier caso, esta idea no es en absoluto descabellada; de hecho uno de los mejores modos de acompañar ricos platos autóctonos de un mismo país o región es tomar el vino de idéntica procedencia.

También existen otras reglas básicas, lógicas y naturales, que muchos conocemos. Por ejemplo, tomar carne roja con tinto y vino blanco con pescados.

Esta idea es aplicable hoy en día, aunque debemos aceptar que también los estilos de vinos han cambiado y evolucionado en los últimos tiempos, y que en la actualidad se permiten mayores concesiones y hay una mayor apertura que permite inclinarnos a descubrir nuevas sensaciones y a arriesgarnos con ciertas combinaciones.

Por ello, en cualquier caso, vamos a dar a continuación una serie de normas orientativas, lo que podríamos llamar 10 normas básicas, dictadas por el genial José Peñín, pero que en el fondo no pretenden nada más que sugerir el camino del maridaje entre la comida y el vino.

1.- Unir no sólo el sabor de la comida con el del vino, sino también con la intensidad de sabor y el peso o cuerpo del vino.
2.- Considerar la textura de los alimentos: algunos entumecen la boca y dificultan la percepción del vino.
3.- La riqueza de sabor de un plato puede ser minimizada a través de un vino ácido o bien acompañada con un vino también consistente y untuoso.
4.- Complementar la acidez de un plato con la de un vino. El limón, por ejemplo, requiere vinos también ácidos.
5.- Los platos salados pueden acompañarse muy bien con vinos con cierto dulzor, que podemos encontrar tanto en algunos tintos como en blancos. También combinan bien con la acidez, otorgada asimismo por ciertos tintos y blancos.
6.- Sin embargo, los platos dulces solo se acompañan bien por vinos también dulces.
7.- Si un plato tiene salsa, los sabores de la misma se han de tener en cuenta en la elección del vino.
8.- El queso se toma tradicionalmente con vino tinto pero el blanco es generalmente mejor. Dentro de los blancos los dulces tienen más afinidades con el queso. Para los tintos es mejor elegir un queso suave.
9.- Tener en cuenta que ciertos alimentos van mejor con tipos concretos de uva. Por ejemplo, el Cabernet Sauvignon casa muy bien con el cordero. También una uva tinta como el Pinot Noir casa mejor que las blancas para pescados como el salmón.
10.- Finalmente y sin ningún complejo, tener siempre en cuenta que quien realmente tiene la decisión final, es el paladar único y personal de cada comensal

miércoles, 22 de agosto de 2007

BUEN PROVECHO




Hay que ser prácticos. Eso oímos continuamente por todos lados no? Bueno, pues vamos a ello. Y además, con un simple pollo asado de esos que compras a la vuelta del trabajo. Vamos a sacarle un buen aprovechamiento y por supuesto, un buen provecho.

Lo primero, la piel, tan tostadita y tan rica (¿que tiene un poquillo de colesterol? bueno hombre, un día es un día): vamos a separarla, procurando que quede lo más entera posible y la dejamos aparte, reservada.
Ahora vamos con las pechugas:
Las cortamos a tiras, para hacer un pollo “semichino" ultrarrápido.
Ya troceadas, le añadimos un bote de ensalada china o thai (brotes de soja, mazorquitas de maiz, setas, etc), muy bien escurrida previamente.
A la sartén y añadirle un chorrito de cerveza, otro chorrito de salsa de soja, y dos o tres cucharadas de la propia salsa del pollo. Ah, y un pellizco de comino molido. Sal no, ya tienen bastante el propio pollo y las salsas.
Dejar a fuego lento dos o tres minutos, para que se mezclen los sabores.
Guardar en la nevera y calentar al micro cuando sea.

Los muslos: filetearlos finos y guardarlos en la nevera, para cuando se necesite hacer unos sándwiches de pollo frío, mayonesa y rodajitas finas de pepinillo. El pan, tostado y calentito.

Los dos huesos más largos del muslo: una vez aprovechada la carne para los sándwiches, limpiar bien, enrollarlos con varias tiras de bacon y láminas de queso intercaladas y cubrirlas bien con la piel del pollo (más o menos reconstruir el muslo) sujetando con un palillo si es necesario. Cuando se quieran usar, se fríen un momento en aceite muy caliente y listo.

La salsa: guardarla en un bote. Vale para cualquier cosa: para rociar sobre unas simples patatas fritas, como salsa para unas lonchas de fiambre tipo lacón, pavo, etc, para echar por encima de una tortilla de patatas…a gusto del consumidor.

martes, 21 de agosto de 2007

YO, JUEZ


Me piden, de unas conocidas bodegas, que participe y puntúe en relación a diversas características técnicas y organolépticas de tres vinos similares, en una cata organizada con la presencia de varios expertos (entre los que no me encuentro, naturalmente).

Pruebo el primer vino. Está estupendo. No lo escupo – como mandan los cánones - sino que me lo bebo cuidadosamente.

Pruebo el segundo. No logro distinguir ningún matiz ni mejor ni peor que el anterior, pero también está buenísimo. Y también me lo bebo, para horror de los expertos.

Pruebo el tercero. No sé si por los incipientes efectos del primero y el segundo, el caso es que me parece igualmente fantástico. En cuanto a matices y cualidades de todo tipo, soy incapaz de concretar ninguna en especial. Dada la situación, miro cuidadosamente a los lados y en un despiste general el vino va para adentro.

Pido disculpas al convocante por mi escasa aportación al evento y me excuso para siguientes convocatorias (supongo que ya me habían excusado ellos, pero que me quiten los tres vinitos que me he tomado, tan ricamente)

¿FOIE GRAS Ó PATÉ?


“Hoy podíamos cenar a base de patés ¿te parece? Sí,hace tiempo que no tomamos foie. Yo me encargo, a la vuelta de la oficina paro un momento y compro tres o cuatro tipos diferentes de foie grass.”

La verdad es que es muy habitual que tengamos una cierta confusión a la hora de distinguir entre el foie o foie -gras y el paté, pero en realidad se trata de productos bastante diferentes, al menos en cuanto a su composición.
En términos generales, el foie, o foie-gras, (es lo mismo) que traducido literalmente significa “hígado graso” se elabora exclusivamente con hígado de ganso, de oca o de pato que se ha hipertrofiado, provocado por el criador, a base de someter al ave a una excesiva alimentación. En el producto final, el hígado de estas aves no se mezcla con carne ni con ningún otro ingrediente ajeno.
El paté, sin embargo, se elabora a base de mezclar hígado – no necesariamente hipertrofiado, puede ser normal – de estos mismos animales y algún otro, como el cerdo, con diferentes ingredientes, condimentos y aditivos, hasta lograr la textura, el sabor y la consistencia deseada. El sabor del paté generalmente está caracterizado por el hígado que se utiliza, pero no por ello es el ingrediente que más abunda, pues se le añade carne de distintos animales (el cerdo es el más común), leche, harinas, especias y aditivos para conseguir la consistencia adecuada.
Y refiriéndonos ya en concreto al foie, existen distintos tipos de presentar el producto, dependiendo del tipo de hígado, de su tratamiento térmico o de la mezcla de este con hígado no alterado:
  • El Foie fresco es el hígado según sale del animal. Se conserva en refrigeración hasta una semana, aunque va perdiendo cualidades gastronómicas. Se debe cocinar.

  • El Mi Cuit o “semicocción” es un foie fresco, ligeramente cocido, para que dure más que el fresco, pero a su vez conserve mejor sus cualidades que el de conserva. Pude tomarse tal cual (mas sabroso) o pasarse ligeramente por la plancha.

  • El Foie en conserva, en el que el foie fresco se somete a diversos procesos técnicos – pasteurizado, baño maría, horno, vapor, etc – únicamente para garantizar una larga duración de caducidad, hasta 4 años.

  • El Parfait de foie gras, es un hígado tratado con pequeños trozos de foie gras, con al menos tres cuartas partes de hígado cebado y el resto hígado sin enfermar.

  • El Bloc de foie gras es una masa cárnica de al menos un 50% de hígado graso, cebado.

  • La Mousse de foie se elabora con al menos la mitad de foie gras, que es quizás uno de los más populares y más asequibles. Se mezcla con otros hígados de otras aves además de una proporción importante de grasa.

domingo, 19 de agosto de 2007

COMO QUEDAR COMO UN INEXPERTO EN VINOS (sin pretenderlo)



  • Presumir citando marcas francesas sin salir del Pétrus, Mouton- Rothschild y Châteu Margaux.

  • Decir la repetida frase de "el mejor vino de España es el rioja y, si acaso, el ribera".

  • El tonelito con vino de mi pueblo.

  • Decir uno que es aficionado a los vinos recordando solamente las marcas de Vega Sicilia y Viña Tondonia.

  • Pedir un coñac en copa muy grande y caliente.

  • El cava en los postres.

  • La expresión "vino artesano".

  • La tarjetita de las añadas de los vinos españoles en la caretera

  • Decir champán con una copa de cava en la mano.

  • Poner el tinto a la temperatura ambiente (siempre es superior a los 20 grados tanto en verano como en invierno).

  • Decir "este vino es natural y no tiene química".

  • Insistir en la "desgracia" de que el consumo de vino por habitante está bajando (antes se bebía peor vino).

  • Decir que el vino viejo es mejor que el joven.

  • Las copas grandes para los vinos viejos y los jóvenes en copas más pequeñas que las de agua.

  • El cestillo para servir un vino más joven de cinco años.

  • Enfriar las copas para los vinos blancos y rosados.

  • Decir que los vinos ahora son más caros que hace veinte años (lógico)

FUENTE: elvino.com. José Peñín

CÓMO PASAR POR EXPERTO EN VINO



Unas reglas mínimas, pero eficaces, para tirarse el pegote cuando y con quien interese:



  • Pedir un tinto del Priorato, Toro, Somontano y Ribera del Duero. Nada de Riojas, por el monemento.

  • Pedir un blanco de Rías Baixas, Rueda y los chardonnays fermentados en barrica. El valdepeñas, olvidado.

  • Tomar el cava en el aperitivo.

  • Tener en su casa un armario climatizado de vinos con puerta transparente como un refinamiento hogareño.

  • Pedir el vino por correo directamente a la bodega.

  • Acudir a cualquier vinobar ó vinoteca para probar el vino que prefieras por copas.

  • Estar enterado de que los tintos gallegos más interesantes son los de la Ribeira Sacra.

  • Pedir en los postres un Pedro Ximénez.

  • Pedir un rueda o un rías baixas que no sea de la última cosecha (2-3 años máximo).

  • Pedir un brandy a la temperatura de los tintos (18 grados) en copa más reducida.

FUENTE: elvino.com. José Peñín

viernes, 17 de agosto de 2007

SALCHICHAS ILUSTRADAS


Una invitación inesperada. Alguien se presenta en casa, llega el momento de ofrecer algo “¿quieres una cervecita?” y la cervecita seguro que la tenemos a mano, pero algo para acompañarla…eso ya es más difícil.

Seguro que rebuscando nos quedan por lo menos un par de sobres de salchichas, de esas tan sufridas que siempre resuelven una cena solitaria y algún resto más de cualquier cosa. Pues por lo menos, vamos a intentar sacarles un poco de partido, hacerlas que parezcan diferentes:

- A una de ellas le vamos a dar una serie de cortes (8 ó 10) con el cuchillo, no muy profundos y lo más paralelos posibles. Al freírse la salchicha, los cortes se abrirán y le darán un aspecto más trabajado.

- A otra la vamos a envolver en una oblea de las de hacer empanadillas, y para que no se abra al freir, la atravesamos con un par de palillos. Quedará como una salchicha gabardina.

- A la siguiente la cortamos en trocitos de unos 2 cms y los pinchamos en un palillo de brocheta, entremezclando con trozos de lo que tengas a mano: queso, mortadela, jamón, simplemente pan…y a freir.

- Si te queda por ahí un par de lonchas de jamón o de bacon, que no dan como para sacarlas de aperitivo, envuelve otra salchicha en estas lonchas. Ponle los palillos como a la anterior.

- Una forma más: corta un par de salchichas en tiras longitudinales, todo a lo largo de ellas: primero por la mitad, luego en cuartos y finalmente en octavos. Al freirlas, se enroscan y verás como cambian.

- Y por último una posibilidad un poco más latosa, pero muy rica: parte cada salchicha en tres trozos, del tamaño de una croqueta, bate un huevo, reboza los trozos y pásalos por pan rayado. Buenísimas.

Y para completar el panorama, trata de tener siempre en casa un par de mostazas originales – a la antigua en grano, o de Dijon – en lugar de la cutrecilla de perrito caliente callejero que tienes siempre. Verás como acompañan mucho mejor.

LEONARDO DA VINCI Y BOTTICELLI, SOCIOS EN EL RESTAURANTE “LAS TRES RANAS”


Poco se sabe, a nivel popular, de esta curiosa faceta de uno de los personajes más grandes de la humanidad, pero la realidad es que Leonardo da Vinci fue, durante toda su vida, no solo un gran cocinero, sino que incluso, como veréis por su propuesta de menú, fue en cierto modo un precursor de la cocina actual, tanto por concepto como por presentación de los platos.

Sus primeros escarceos en el oficio los realiza como camarero en una taberna llamada Los Tres Caracoles sirviendo comidas, donde llega en poco tiempo a ocuparse de la cocina,
abandonando el taller del maestro Verrocchio

En esta nueva aventura intenta revolucionar la cocina tradicional del Renacimiento e ingenia platos primorosamente presentados con pequeñas porciones de comida sobre pedacitos tallados de polenta, cosa a la que no estaban acostumbrados sus conciudadanos, que querían comer hasta atiborrarse, lo cual crea tal escándalo que tiene que abandonar el local

Al cabo de un tiempo, vuelve de nuevo a las andadas gastronómicas, abriendo un nuevo local con su amigo Botticelli, el gran pintor, al que llaman La Enseña de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo, adornado con dos lienzos pintados por cada uno de ellos.

Pero nadie entra en la taberna porque a nadie le agrada pagar por una anchoa y una rodaja de zanahoria perdidas sobre una fuente por más ingeniosamente que estén dispuestas y como es lógico tienen que cerrar.

Para hacernos una idea, este es una especie de “menú degustación”, una propuesta realizada por el propio Leonardo da Vinci para una celebración en la villa de Ludovico el Moro, y que jamás fue aceptado, sino modificado por otro que contenía mucha más cantidad de carne, embtidos y marisco:

- Una anchoa enrollada descansando sobre una rebanada de nabo tallada a semejanza de una rana.
- Otra anchoa enroscada alrededor de un brote de col
- Una zanahoria, bellamente tallada.
- El corazón de una alcachofa
- Dos mitades de pepinillo sobre una hoja de lechuga
- La pechuga de una curruca
- El huevo de un avefría
- Los testículos de un cordero con crema fría
- La pata de una rana sobre una hoja de diente de león
- La pezuña de una oveja hervida, deshuesada

miércoles, 15 de agosto de 2007

ESAS TRADUCCIONES…


El otro día, en uno de esos Grupos Google de cocina a los que estoy suscrito, me dio por hacer lo que nunca había probado: darle a la teclilla que dice “traducir esta página al castellano” y ver que pasaba. Pues bien, me encontré con la siguiente receta-sorpresa, que reto a cualquiera a que la intente realizar:

TORTILLA DE HUEVOS:

Contemplaba un almuerzo de la medianoche (yo como normalmente sobre esta época de “día” puesto que trabajo noches) y la que considera el esconder de más condimento paquetes.
Utilizo a veces la época el fines de semana de hacer cocinar de la preparación. Acabo de acabar el rebanar encima de cerca de 3 libras. de hombro de cerdo y tenerlo el empapar en a el adobo por una hora o dos antes de que revuelva la fríe.

El adobo se compone del siguiente:
1 bulbo fresco grande del jengibre, rallado finalmente Una aspersión abundante del polvo del ajo Una aspersión ligera de la pimienta sin sal del limón Una masa abundante de la salsa de la ostra cerca de 1/4 taza de salsa de soja de la seta 2 cucharas de sopa o del hogar hicieron tan el vinagre herbario.

Puse encendido un par de guantes y mezclé eso bien con la carne y lo puse en el 'frige trasero.
¡Mientras tanto, tengo hambre! Tenía alrededor de 6 onzas. empanada de la carne picada en el 'frige trasero que fue frito hace 3 días (sobras) puse tan eso en un tazón de fuente, ligeramente salado te, entonces separar 2 paquetes de Gato en la salsa de Marinara de la caja sobre ella, rematados te con el queso de Gato y nuked lo. No es malo.

No pienso que incomodaría con los paquetes de la salsa de soja como subsistencias de esa materia en a la temperatura ambiente., y la utilizo para arriba bastante rápidamente. Paso por ella bastante rápidamente de todos modos.


Paz, Om

martes, 14 de agosto de 2007

CON UN TOQUE MUY PERSONAL


Seguro que estás harto de ver en los super cantidad de tetra-bricks, - ojo, no latas, ni sobres, ni otros artilugios, no, tetra bricks – que dicen en el propio envase que son “la mejor sopa del mundo”. Incluso algunos vienen avalados y firmados por cocineros de primera como Arzak, Arguiñano, etc.

Bueno, pues la afirmación de ser una sopa estupenda, lo es a medias. Me explico: en sí misma, si te la tomas directamente como está en el pack, pues no es que sea nada del otro mundo. No tocas castañuelas, seguro. Está bien, pero vamos….no para ser de Arzak, desde luego.

Sin embargo, el otro “a medias” puede convertir esa medio sopa en “tu sopa especial”. Simplemente usa ese producto como base – estupenda, por cierto - para hacer tu propio plato.

Por ejemplo, añádele, así por las buenas, sin ningún respeto a los maestros firmantes:
- Arroz blanco, del que ya te venden cocido, y déjalo unirse durante unos minutos.
- Un poquito de jamón y huevo picado.
- Si la sopa es de pescado, unas gambitas baratas y un poco de cangrejo (simil, por supuesto) picado. O unas huevas de mujjol, que salen muy apañadas de precio.
- - Algunas verduras naturales picadas muy finas: puerro, zanahoria, brócoli, etc. Acuérdate, muy finas, en julianita.
- Pollo del que sobró ayer muy picadito.

En fin, que tampoco hace falta que sea todo de un golpe: decide tú lo que creas que le va mejor en cada caso: aquí un poco de fiambrito picado, aquí algo de pescado de sobras, aquí arroz solo. Así es como de verdad conseguirás que sea tu propio plato. Hoy y mañana y pasado, porque cada día será…diferente.

lunes, 13 de agosto de 2007

CÓMO SER UN BUEN CAMARERO


1.- Cuando el bar esté muy lleno de clientes y usted no dé abasto,
no cometa el error de correr. Si corre, todos los clientes histéricos empezarán a llamarle. Camine despacio y mírelos a los ojos. Culpabilícelos por llegar todos a la misma estúpida hora.

2.- Cuando traiga la cuenta, jamás debe esperar a que el cliente saque el dinero. Eso simplificaría el proceso de manera innecesaria. Váyase. Ya volverá a recogerlo. Si pretenden pagar con tarjeta y ya la tienen a punto cuando usted trae la cuenta, mire hacia otro lado. Se creen muy listos.

3.- Si le piden pan, procure traerlo cuando estén comiendo el postre. Si le dicen que no quieren pan, tráigalo al principio. Tanto en el primer caso como en el segundo, cóbrelo como un empaste dental.

4.- Los clientes tienen la molesta costumbre de preguntar como están hechos los platos o los cócteles. Si usted quisiera que ellos supieran cómo están hechos, ya se lo habría especificado en la carta. Si el cliente le pregunta, por ejemplo, qué son las “churras con merinas a la vasca” no conteste nada que no esté escrito. En este caso, deberá decir: “pues son churras con merinas”. Si insiste, diga: “las churras son churras y las merinas son merinas. Y están hechas a la vasca”.

5.- El postre no se escribe en el menú, se dice de viva voz. Sería más práctico que también se escribiera, pero es la tradición, y punto.

6.- Algunos clientes no terminan nunca. Piden un gin-tonic y hacen que les dure toda la noche. A la que se den la vuelta, lléveselo. Así aprenderán. Si protestan les pone otro gin-tonic, y si dicen que no es lo mismo, que ellos querían ese culín de ese gin-tonic, llame a la policía.

7.- Cuantos más cubitos ponga en el whisky, más ahorrará. Hay clientes listillos que no quieren cubitos. Por algo será. Trátelos como a criminales.

domingo, 12 de agosto de 2007

CÓMO SER UN BUEN CLIENTE


1.- Al camarero le encanta hablar, si no sería acomodador.
Es un deber de cliente hacerle repetir los platos del menú unas quince veces. Para ello, cuando el camarero los recite por cuarta vez, usted procure hablar por el móvil.

2.- Si en el bar o restaurante hay una carta, procure no haber decidido qué comerá hasta que no llegue el camarero. Pregúntele si cada plato está bueno. Cambie de opinión sólo cuando el camarero haya apuntado su petición.

3.- Al camarero le encanta caminar, si no sería taxista, y el deber del cliente es hacer que camine. Si usted y sus compañeros de mesa quieren otra cerveza, deberán pedirlas de una en una. Cuando traiga la primera pidan la segunda, y no pidan la tercera hasta que no haya llegado la segunda. Así hasta que muera.

4.- Si usted es amable, el camarero jamás será diligente con usted.
Sea desagradable, proteste. Verá cómo los simpáticos clientes de la mesa 3, que han llegado horas antes que usted, siguen echando raíces, esperando la cuenta.

5.- Es un deber del cliente procurar adivinar cual es el plato que ya se ha terminado, para pedirlo.

6.- Algunos clientes inmaduros no saben esperar los veinte minutos de la paella, y para entretenerse piden unas aceitunas. Los maduros ya sabemos que el camarero, que es un gran psicólogo y quiere nuestro bien, nos traerá las aceitunas después de la paella.

7.- Es un deber del cliente ser más listo que los otros clientes. Si hay doce clientes haciendo cola, puede que sean todos tontos, que haya una mesa libre y los doce tontos no lo sepan. Sáltese la cola y pregunte al camarero.

8.- El DJ del bar de copas pone música al tuntún, sin ningún criterio.
Es un deber del cliente ir a la cabina a pedirle algo que no tenga nada que ver con lo que pone. Ejemplo: si el DJ pincha música Dance o House, pídale Gavilán o Paloma. Póngase pesado, a él le encanta que le insistan. Cuando la ponga, aproveche para irse a otro bar.

sábado, 11 de agosto de 2007

EL PESCADO MÁS FÁCIL


Hay que comer pescado. Hay que comer pescado. Muy bien, pero… ¿a quien le apetece hacer el dichoso pescado?

Si compras uno grande, te sobra pescado para dos semanas y encima terminas teniendo complejo de culpabilidad cada vez que abres la nevera y ves allí al pobre bicho que no le haces ni caso. Si te decides por los pescadillos pequeños, hay que limpiarlos, quitarles tripas, espinas, en fin, un horror.
Si lo haces a la plancha, se pega. Si lo hierves, no hay quien se lo coma.

Pero tranquilidad, que no cunda el pánico. Aquí va una receta sencillísima, que permite hacer el pescado rápidamente y lo que es mejor, conservarlo en perfectas condiciones varios días: pescado suavemente escabechado.

Vale cualquier variedad, pero los que mejor salen son el pez espada, el mero o el cazón.

1.- Pedir en la pescadería que nos den el pescado ya limpio y cortado en medallones, es decir trozos ni muy grandes ni muy pequeños.

2.- Ya en casa, o donde estés, tú sabrás lo que haces, echarles por encima un poquito de sal y pimienta, a ser posible de varios sabores, que es más divertida y sabrosa.

3.- Sartén al fuego con mitad de cuarto de vinagre, y cuarto de aceite de oliva, mejor virgen, como casi todo.

4.- Remover a menudo, para que el vinagre se mezcle bien con el aceite y no salte. Cuando veas que va a empezar a hervir, justo antes, retiras la sartén del fuego y metes dentro los medallones de pescado, procurando que se cubran bien por todos los lados.

5.- Y ya está. Lo dejas reposar al menos dos o tres horas, y luego te lo puedes comer cuando quieras, frío o calentándolo de nuevo. Eso ya va en gustos. Si decides dejarlo para otro día, a la nevera para mayor seguridad, sobre todo en verano.

viernes, 10 de agosto de 2007

EN UN RESTAURANTE, ERES CAPAZ DE RECHAZAR UNA BOTELLA DE VINO?


Todos nos hemos visto en esta situación y la verdad es que se trata de uno de los momentos más delicados en relación con el vino y sobre todo con el hecho de “quedar bien” con quien nos acompaña, especialmente si es del género femenino y tenemos la lejana intención de impresionarla: el momento es ese en que nos presentan la botella de vino que hemos pedido, para que la probemos y digamos que “estupendo, muchas gracias”.

Aparte de seguridad en uno mismo, en nuestra memoria olfativa y en la gustativa, hay que tener verdadero valor, por llamarlo finamente, para decir que no y devolver la botella a bodega.

Bueno, pues vamos a apuntarnos dos o tres regla básicas por las que podemos devolver una botella, que sin duda reforzarán nuestrra seguridad y nos ayudarán a quedar como “expertos de toda la vida”

• En muchos locales, sobre todo si el precio es de tipo ajustado, no te pondrán ningún problema y te cambiarán la botella por otra sin realizar la más mínima comprobación. Pero ojo, en otros muchos, sobre todo si se consideran a sí mismos “de postín”, o de moda, puedes estar iniciando una discusión infinita.

• Porque realmente es muy difícil mantener una discusión con alguien que jamás admitirá saber menos que tú de la materia. ¡Para eso es metre y está en un local tan cool y fashion como ese! Pero, sin embargo, hay algunos defectos del vino muy sencillos de reconocer y que, tras una mínima consulta con tus acompañantes, están obligados a aceptar:

– El más frecuente es un fuerte aroma a corcho: eso significa que el tapón está enmohecido y que el vino se ha contaminado de ese olor. La prueba está en el propio corcho deteriorado. Pide que te lo enseñen.

– Otro problema muy habitual es que el vino huela y sepa claramente a vinagre: esto ocurre porque durante el descanso del vino en botella se ha producido algun tipo de defecto en el tapón que ha permitido el contacto con el aire. Recházalo sin contemplaciones. No hay objeción posible.

– Si has pedido un vino blanco fresquito y te traen un caldo amarillo muy intenso o tirando a marrón, esa botella seguramente no es del año, como debe exigirse en los blancos, o bien no ha estado bien conservada. El vino blanco tiene que ser - no digamos blanco – pero sí de un amarillito muy pálido. No te dejes liar con que si es de esta o aquella denominación de origen, porque no.

– Y en rosados, para terminar, muy parecido a lo dicho para los blancos: igualmente tienen que ser vinos del año, fresquitos, transparentes y suaves. Cualquier otra cosa rara... para ellos.


FUENTE: elvino.com. José Peñín

BUENO, BONITO, BARATO.


Hay días en los que no tenemos más remedio que quedar bien o simplemente apetece darnos un gustillo. Me estoy refiriendo al terreno gastronómico, naturalmente. En otros terrenos, vosotros sabréis.

Pues bien, volviendo al tema - que nos disipamos – darnos el gustillo tampoco tiene por qué darnos un susto al bolsillo, de modo que en esta ocasión la propuesta va a ser un excelente salpicón de marisco confeccionado con los primos más humildes de la familia marisquil, pero igual o más rico y sabroso que el tradicional modelo “de Luxe” y como vais a ver, a mitad de precio.

Pongamos que lo preparamos para 4 personas, así que elige bien los/las invitados/as. Necesitaremos ½ kilo de anillas de calamar (si, si, las del bocata de siempre). Otro ½ kilo de unas gambas o langostinos que tengan buena pinta y buen precio; vamos, los típicos que siempre encontramos de oferta en las grandes superficies. También nos harán falta alrededor de 10 barritas de cangrejo, tipo surumi.

En una olla, pon a calentar suficiente agua con un puñadito de sal. Cuando rompa a hervir echa los calamares y déjalos cocer unos 8 minutos. Mientras tanto, ve pelando las gambas y cortándolas en trocitos como de 1 cm. Haz lo mismo con los palitos de cangrejo. En cuanto estén los calamares, sácalos a un escurridor y pásalos por agua fría. Trocéalos también como a sus colegas de receta.

Pasa todo esto a una fuente tipo ensaladera más bien alta, para poder remover cómodamente sin que salgan volando todos los ingredientes. Añade en trozos más bien grandes 2 pimientos verdes o rojos, eso ya va en gustos (o uno de cada si eres daltónico, así aciertas seguro) una cebolleta o cebolla también troceada, pero en trocitos más pequeños, que luego pica. Pon también aceitunas verdes que venden en botes ya troceadas y algunas alcaparras si te gustan.

Y vamos con el aliño: en un frasco aparte mezcla por este orden (no es por mandar, sino para que se disuelva mejor): sal, pimienta negra, vinagre* – mejor de algún sabor como de sidra o al estragón, pero si no, el que tengas – aceite de oliva (doble cantidad que la que hayas echado de vinagre) y albahaca (de bote, of course). Tapa el frasco para evitar problemas con tu camisa y tu techo y bate bien la mezcla hasta que emulsione, que es cuando deja de ser transparente y pasa a tomar un tono blanquecino.

Vierte este aliño sobre el salpicón, remueve bien todo y déjalo reposar en la nevera durante 10 minutillos para que todos los componentes se impregnen del sabor. Antes de servir remueve todo de nuevo, añádele un huevo duro picado por encima, y a la mesa. Como verás, un placer.

* Por si te quedas sin tema de conversación durante la cena, toma nota de esta dirección de internet http://www.cape1.net/vinagre.html, en la que se habla de los usos cosméticos tradicionales del vinagre, un tema que siempre es muy socorrido para un momento de apuro. Además dan varias recetas muy curiosas de potingues que – entre nosotros - yo no probaría en la vida.